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jueves, 23 de febrero de 2012

La imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, presidió el Vía-Crucis del Miércoles de Ceniza en Jaén.

 Vídeo resumen Vía-Crucis Miércoles de Ceniza en Jaén, 2012.

El pasado miércoles 22 de febrero de 2012, Miércoles de Ceniza, dio comienzo el tiempo de Cuaresma, iniciando de este modo la  Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad de Jaén este tiempo litúrgico de profunda tradición en nuestra ciudad.
La venerada imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, cuya hermandad celebra el 125 Aniversario de su fundación, presidió los actos realizados en día tan señalado.
La extraordinaria talla del crucificado partió desde su sede canónica en la Parroquia de San Bartolomé a las 18,45, y con un severo cortejo dirigió sus pasos a la S.I. Catedral, donde fue recibida por la Agrupación de cofradías y Hermandades de la ciudad de Jaén, y por la Hermandad de la Buena Muerte, con sede canónica en el templo matriz.
Durante el trayecto hacia templo catedralicio, la venerada imagen del crucificado estuvo arropada por numerosos fieles, no solo acompañando a la comitiva, si no agolpándose a lo largo del recorrido para presenciar el paso de la comitiva. En la calle Maestra, la hermandad de Nuestro Padre Jesús de los Descalzos, esperó igualmente, con su junta de gobierno, para cumplimentar a la cofradía expiracionista.
Pasadas las 8 de la tarde daba comienzo en la S.I. Catedral la solemne imposición de la Ceniza, con un templo abarrotado de fieles y cofrades que posteriormente participarían en el Vía-Crucis de penitencia que todos los años se realiza al finalizar dicho acto. La celebración estuvo presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. don Ramón del Hoyo López, Obispo de Jaén, concelebrando con el Obispo Emérito de Cádiz Rvdo. Sr. don Antonio Ceballos Atienza, el Deán de la S.I. Catedral Rvdo. Sr. don Francisco Juan Martínez Rojas y varios componentes del cabildo catedralicio, entre los que se encontraban el Rector del Seminario Mayor Rvdo. Sr. don Carmelo Zamora Expósito.
Una vez finalizada la celebración eucaristica, se organizó la comitiva con el siguiente recorrido: Plaza de Santa María, Carrera de Jesús, Almenas, Muñoz Garnica, Plaza de San Ildefonso, Ignacio Figueroa, Bernabé Soriano, Plaza de San Francisco, Campanas, Cerón, Colón, Martínez Molina, Virgilio Anguita, Plaza de San Bartolomé.
Desde la salida de San Bartolomé hasta la S.I. Catedral, y posteriormente desde el inicio del Vía-Crucis hasta San Bartolomé, la comitiva contó junto a la imagen con la colaboración de un grupo de música de capilla.

A pesar del intenso frío, fueron varios cientos de fieles los que acompañaron a la venerada imagen del Santísimo Cristo de la Expiración en su regreso a su sede canónica de San Bartolomé, tomando parte en el solemne y severo Vía-Crucis. Al paso de la comitiva por el barrio de San Ildefonso, la imagen entró en el templo que le da nombre, donde se rezó una de las estaciones y donde esperaban las juntas de gobierno de las hermandades con sede canónica de San Ildefonso, Vera-Cruz, Capilla, Pastora y Soledad. Muy emotiva la entrada en su templo de San Bartolomé.
Realmente impresionante la talla del crucificado, imagen señera de nuestra ciudad, y ejemplar el comportamiento de todos los asistentes a esta primera celebración que inicia la cuaresma, con gran fervor y recogimiento.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO.


  
  
  
  
  
  
  
  
  
  

El pasado Miércoles de Ceniza, los cristianos interrumpimos el tiempo ordinario para comenzar el tiempo de cuaresma, que es un itinerario de preparación para vivir la alegría pascual. Si no queremos llegar a la semana santa simplemente contentándonos con participar de unas celebraciones folklóricas y emotivas, necesitamos tomarnos en serio este tiempo de cuaresma y así poner toda nuestra vida en clave pascual.
Empezamos la cuaresma con la imposición de la ceniza. Es un gesto litúrgico impactante. Se nos coloca la ceniza en la frente y se nos dice al oído que no olvidemos nuestra condición de polvo. En medio de una sociedad que busca ocultar a toda costa la dimensión mortal del ser humano, qué bueno recordar el carácter ineludible de la muerte y la necesidad de pasar por ella para alcanzar la gloria. Qué bueno recordar que somos seres humanos frágiles, que muchas veces vivimos a ras del suelo atrapados en medio del egocentrismo y demás esclavitudes. Por eso, al recibir las cenizas, también se nos dirá al oído: “conviértete y cree en el evangelio”.
Muchas veces la cuaresma es vivida como un tiempo para realizar prácticas penitenciales a las que ya nos hemos acostumbrado y que, aunque suponen un pequeño o gran esfuerzo de la voluntad, no necesariamente significan una verdadera reorientación del corazón. Muchos ya saben que estas semanas dejarán de fumar, intentarán renegar menos, darán un poco más de limosna, leerán un libro espiritual, etc. La conversión cristiana no consiste en hacer cosas “religiosas”, que al final, a veces, son realizadas bajo el deseo de ser reconocidos o de tranquilizar nuestras conciencias o de comprar el perdón de Dios. Para vivir una auténtica conversión, a la luz del evangelio de hoy, es necesario entrar en lo más profundo de nosotros mismos, en lo secreto de nuestra habitación, donde nos encontramos con nuestra verdad y con el amor incondicional del Padre, donde resuena la buena nueva del Evangelio de Jesús y donde descubrimos con nuestro pecado y la necesidad de cambiar y crecer. Sólo cuando nos atrevemos a superar la superficialidad, entramos en la profundidad de la conversión.
Como Jesús, nos sumergimos durante cuarenta días en el desierto cuaresmal para escuchar la Palabra del Padre, reconocer cuáles son nuestras tentaciones y tomar las decisiones necesarias que nos liberen de las ataduras del egoísmo y nos lleven a tener el corazón centrado en Dios y en el amor a nuestros hermanos. Sólo desde esta perspectiva tiene sentido la práctica de la oración, el ayuno y la limosna; entonces, se vuelven expresiones de una búsqueda más profunda y de un esfuerzo agradecido y amoroso por seguir el camino pascual de Jesús. ¡Que tengamos un buen tiempo de cuaresma!



Cartel: Gentileza Agrupación de Cofradías y Hermandades de Jaén.
Vídeo, fotografías y textos: Modesto Martínez Elías.

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