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viernes, 27 de marzo de 2015

Prudencio Villar obsequió a los jiennenses con un magnífico pregón, que tal y como ya nos anunciaba, sería "diferente" al resto de pregones anteriores.

Nuestro querido amigo Prudencia ya nos lo había adelantado, el pregón “será muy profundo y estará cargado de sensaciones durante los sesenta y seis años que llevo viviendo la Semana Santa de Jaén”. Prudencio indicó que "será un análisis de lo que son las cofradías y a mi juicio, de cómo debían de ser, en definitiva un análisis de toda la Semana Santa con mi toque personal, pues no será una oda procesión por procesión, será un conjunto de todo, de cómo yo vivo la Semana Santa desde que tengo uso de razón”.


Y así fue, un pregón de vivencias, valiente, reivindicativo, acertado, en su justa medida de tiempo, sobrio, sin buscar el aplauso, centrado en dejar fluir sus sentimientos más internos. Al final una prolongada ovación de todo el teatro que se llenó, agradecía a Prudencio el habernos hecho partícipes de sus más íntimos sentimientos cofrades y de sus valientes observaciones.
Prudencio estuvo rodeado de su familia, a la que tenía muy cerquita del atril, por un numerosísimo grupo de amigos (yo creo que todos los que allí estábamos lo somos), y también de personalidades del mundo cofrade y de todos los estamentos de la ciudad.
En el escenario del Infanta Leonor, le acompañaban el alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, el presidente, el vicepresidente y el administrador de la Agrupación de Cofradías, Francisco Latorre, Diego Montiel y Francisco Moreno, respectivamente, junto al delegado episcopal de Cofradías y Hermandades, Juan Francisco Ortiz, y el pregonero de la anterior edición, Inocente Cuesta, que fue el encargado de presentarlo.
Como hemos dicho, también hicieron acto de presencia la Concejal de Cultura Cristina Nestares, el Intendente de la Policía Local, Rafael Domingo, y el jefe del cuerpo Nacional de la Policía, Jesús Herranz.

Final del Pregón de Semana Santa de Jaén 2015, a cargo de Prudencio Villar.

  

Prudencio me emocionó. Sencillamente por que es un "cofrade de verdad", un cofrade como la copa de un pino. Y cuando un cofrade así habla, hay que saber escuchar, abrir el corazón y dejarse empapar de su mensaje de amor y sabiduría.
Me encantó el final, que reproducimos en nuestro vídeo. Precisamente porque eligió para finalizar un momento de los más típicos del recorrido de nuestro Abuelo de Jaén. Jesús de los Descalzos, llega a la plaza de la Merced, donde es piropeado, aplaudido y regalado con un ramillete de saetas que culmina cuando al salir de la plaza, un par de jóvenes, año tras año, con su guitarra y su bandurria, le tocan el himno a la imagen que más quieren.



Texto, fotografías y vídeo: Modesto Martínez Elías.

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