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miércoles, 11 de mayo de 2022

Se cumple el primer aniversario de que el Corpus de Villacarrillo y el de Villardompardo se convirtieron en la segunda Actividad de Interés Etnológico declarada BIC en la provincia de Jaén.


Francisco Jiménez Rabasco, etnólogo.

Sucedió un martes, día once de mayo de 2021, en plena pandemia de COVID-19, que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, la Fiesta del Corpus en los municipios giennenses de Villacarrillo y Villardompardo. Con ello, se declaraba la segunda Actividad de Interés Etnológico como BIC en la provincia de Jaén. La primera actividad en ser declarada fue la Romería de la Virgen de la Cabeza el día 16 de abril de 2013.
De esta manera, a instancias de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico se reconocía un ritual festivo público que constituye una importante seña de identidad en ambos municipios giennenses.
Cuando realizamos la elaboración de la documentación técnica y justificación de la propuesta destacamos la importancia de estas manifestaciones culturales que se configuran como respuesta al entorno, en interacción con la naturaleza y su historia destacando su antigüedad y el alto grado de implicación de la vecindad. Una implicación vecinal que se expresa tanto en los preparativos como durante toda la jornada festiva, siendo favorecedora de la cohesión, integración y unidad de las colectividades en estos municipios reforzando la identidad colectiva de los mismos. De igual forma, también enfatizamos el destacable tesón y dedicación del vecindario de los dos municipios durante el engalanamiento de sus calles y en la elaboración de sus singulares alfombras y altares. Un esfuerzo colectivo basado en un sistema organizativo en el que colabora toda la población, sin distinción de género ni edad. Desde las personas más jóvenes hasta las más mayores trabajando en aquellas tareas que le resultan más asequibles para la consecución de este objetivo común, contribuyendo al mantenimiento de la fiesta y posibilitando el relevo generacional y la continuidad de la misma. Dicha implicación de la población en el desarrollo de la festividad permite ampliar los límites de lo estrictamente litúrgico, convirtiéndose su celebración en un elemento clave para la identidad colectiva de ambos municipios.

Fotografías de Francisco Jiménez Rabasco y Carlos Ramírez Perea.

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