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domingo, 26 de junio de 2011

Corpus Christi en Jaén. Origen, tradición e historia.


Vídeo resumen procesión del Corpus en Jaén, 2011.

Santa Juliana de Mont Cornillon fue la precursora de esta fiesta. La santa nació Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193 y murió el 5 de abril de 1258. Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento y añoraba que no hubiera una fiesta especial en su honor. Este deseo se intensifica por una visión que tuvo, de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.
En 1447 se celebró la primera procesión, cuando Nicolás V recorrió las calles de Roma acompañado por la Hostia Santa. Esta festividad que procede de la Baja Edad Media toma auge inusitado desde mediados del siglo XVI, lo que se explica por el impulso dado a la fiesta por la Contrarreforma.
Las Crónicas del Condestable Iranzo ya hacen referencia a una celebración que no carecía de solemnidad: "A la fiesta del Corpus Christi el repostero de estrados del señor condestable hacía barrer toda la calle delante de su posada y echar muchos ramos e juncia. Y colgaba en las paredes de la dicha calle, por donde había de pasar el Corpus Christi, cuantos paños franceses tenía. Y su merced iba a la iglesia mayor muy bien vestido y acompañado de muchos caballeros e otras gentes. Y de que había oído misa, iba con las andas en la procesión".
La fiesta tenía un protagonismo religioso, pero no le faltaban añadidos profanos que la convertían en un día de fiesta y diversión, en las que diablillos y tapadas hacían acto de presencia con las más procaces ocurrencias. Fue también objeto de reglamentación municipal, considerada como era una fiesta cívica.
Pronto ven también la luz las cofradías sacramentales en cada una de las parroquias de la ciudad. Especial importancia tomó la Cofradía de Corpus Christi de la Magdalena.
En las actas municipales se habla de una gran afluencia de forasteros. Tal era la alegría con la que se celebraba esta fiesta que, en una tolerancia bien calculada se permitía la entrada de gitanos a la ciudad, a los que, terminados los festejos, se obligaba en un plazo de dos días a salir de la ciudad bajo pena, por incumplimiento, de 200 azotes. Existía la antigua costumbre de que los distintos oficios sacasen danzas y regocijos a la calle.
La custodia procesional del siglo XVI era obra del discípulo de Enrique Arfe, Juan Ruiz, El Vandalino, obra primorosamente labrada en plata maciza que se perdió para siempre en la guerra civil del 36, ya que fue fundida durante la contienda.
Días antes de la procesión se realizaba en cabildo el sorteo de las varas de palio entre caballeros veinticuatro (concejales) para los tres trechos en que se distribuía el itinerario.
El ayuntamiento obligaba a los vecinos a limpiar la parte de calzada que le correspondía, mientras que él se encargaba de entoldar dichas vías. En la procesión religiosa se integraban conjuntos profanos que hacían de aquélla una manifestación folklórica y lúdica. Nos referimos a tarasca, danzas y diablillos.
En la procesión solían ir cuatro danzas contratadas que pertenecían casi siempre a las minorías marginadas, moriscos, gitanos
Los diablillos eran comparsas de mozos que se disfrazaban según el papel que representaban; eran los más ruidosos y alborotadores en la procesión tanto que en 1683 el caballero veinticuatro Antonio de Quesada Monroy propuso su supresión por los desórdenes que causaban y lo impropio que era en una procesión religiosa. No debió de tener éxito este capitular porque el público estaba de parte de los diablillos dado el desenfado con que actuaban.

  
  
  

Gozó tradicionalmente la festividad del Corpus de una gran devoción popular en Jaén, que en los últimos años ha decaído en extremo, especialmente desde que ya no es considerado fiesta laboral. El dicho popular hacía referencia a esta fiesta cuando decía "...tres jueves hay en el año que relucen más que el sol..."
Durante el siglo XIX la fiesta se volvería más íntima. Junto a la procesión, centro de la festividad, se celebrarían verbenas, conciertos, festejos taurinos... dándole a la fiesta un matiz de despedida de la primavera.
Ha sido siempre una fiesta de mañana, aunque el Obispo Monescillo, preocupado por la fuerza que tomaba el sol en aquellas mañanas de junio, lograra de Pío IX en 1876 el privilegio de que la procesión se celebrara en la ciudad por la tarde, una medida que no llegaría a cuajar.


REPORTAJE FOTOGRÁFICO CORPUS CHRISTI 2011.



  
     
   
  
  


Textos, vídeo y fotografías 2011: Modesto Martínez Elías.
Antiguas fotografías: Archivo personal y Youtube.
Modesto Martínez Elías.

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