Cantón de la Ropa Vieja
Desde tiempo inmemorial, fue conocida y aún mucos la llamamos de la Ropa Vieja, a esta empinada calle que asciende desde la calle Martínezs Molina y Plaza de los Rosales, hasta la de Almendros Aguilar, haciendo un forzado cantón, en pleno barrio de San Juan.
Fue este espacio, lugar donde habitualmente se establecía un mercado para que los ropavejeros ofrecieran su mercancía, naturalmente de ropas usadas y de procedencia en la mayoría de las veces, de ajuares de personas fallecidas. En pleno siglo XVI se le denominaba de la Ropa Vieja.
En el año 1955 y a la muerte de don Antonio Alcalá Venceslada, el entonces Concejal del Ayuntamiento, don Tomás Moreno Bravo, proponía a la Corporación que se diese el nombre de don Antonio a esta calle de la Ropa Vieja, indicando para ello, aparte de su personalaidad y méritos, la ilusión que el escritor hacía a esta calle en uno de los versos del poema-cuento El Cuento de la Cena Jocosa, inserto en el libro Flor de la Canela. Es exclamación que hace el Criado Portugués, moribundo, ante la voz aflautada y fina del fraile Carmelita:
¿No me conoces hermano?
!San Luís me proteja¡
Ya se quien eres, Teodora
La hija de la bordadora
que viven en Ropa Vieja.
Aún trascienden en esta calle de la Ropa Vieja -de Antonio Alcalá Venceslada-, perfumenes semanasanteros, referidos a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, cuando en sus procesiones del Viernes Santo, ya de recogia, subía por esta calle pendiente, buscando los Cantones de Santiago y el Arco de San Lorenzo, no sin antes haberse detenido ante aquella Cárcel de la Coronada -hoy plaza de los Rosales-, ante el pueblo emocionado y sobrecogido, escuchando aquellas sentidas saetas que como lamento y súplica dirigían los presos a la sagrada imagen del Abuelo.
(Textos Pedro Casañas Llagostera).
Arco de San Lorenzo.
Sobre lo que fuera llamada Calle Maestra Alta, en la actualidad de Almendros Aguilar y a la altura de su número treinta y cuatro, se encuentra el Arco de San Lorenzo, conjunto pétreo, como único vestigio que queda de la desaparecida parroquia de este nombre, iglesia que daban sus laterales y puertas de entrada, a las calles Parrilla y San Lorenzo.
en el año 1825 y por el estado ruinoso que presentaba esta iglesia, fue demolida y vendido el solar, respetándose solamente el conjunto que hoy contemplamos, ya que en la parte baja se encontraba la pequeña capilla donde aún se celebraba culto, ofreciéndose sufragio por los difuntos.
La estancia alta, quedó en propiedad del comprador del solar don José María Carrillo, con la obligación de cuidad de la pequeña capilla.
Allá por el año 1877, siendo alcalde de Jaén don Manuel Aranda Messia de la Cerda, se proyectó por el Ayuntamiento la demolición de este resto de de la iglesia, aduciéndose para ello, la estrechez y poca altura del vano del Arco, dificultándose con ello la circulación y tránsito de carruajes. Afortunadamente hubo inquietudes culturales que se opusieron a ello, destacándose entre otras personas de gran sensibilidad, el Arquitecto don Jorge Porrua Moreno, el Canónigo Maestrescuela don Maximiano Ángel Alcázar y don Federico Palma Camacho, Catedrático de Geografía e Historia del Instituto. Con tenacidad defendieron la causa, consiguiendo que por el Ministerio de Fomento fuese declarado Monumento Nacional según Real Orden de 11 de Octubre de 1877, salvándose así de la demolición.
Testigos mudos han sido las piedras de este arco a través de los tiempos de diversas vicisitudes. Así, el 17 de julio de 1811, en su muro exterior, se llevó a cabo el fusilamiento por las tropas francesas, que por entonces ocupaban la ciudad, del guerrillero Pedro del Alcalde, héroe giennense de la guerra de la Independencia.
Según la tradición, en esta iglesia fue velado el cadáver del Rey Fernando IV "El Emplazado. En la capilla del Arco y a los pies de su alter, yacen sepultados los restos de Juan de Olid, Secretario que fue del Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo, como los de su esposa Isabel de Rendelez.
Aquí recibió sus aguas bautismales Maximiliano de Austria, primo hermano del Emperador Carlos I de España. La pequeña capilla fue sede del primer y efímero Seminario Conciliar que se abriera en Jaén allá por 1620, así mismo, anteriormente figuró como Capilla de Jesús Nazareno del Hospital de la Madre de Dios fundado junto al arco por don Luis de Torres en el año 1491.
Fue visitado por S. M. el Rey don Alfonso XIII el 15 de mayo de 1904, y por la Infanta Isabel, el 19 de Octubre de 1915.
Muchos años de abandono tuvo este tan particular Arco, incluso sirvió como refugio antiaéreo en los años de la Guerra Civil. Al fin y después de acertadas gestiones que culminaron en 1980, tras una laboriosa restauración llevada a buen fin por el Arquitecto don Luís Berges Roldán, el Arco de San Lorenzo volvió a abrir sus puertas en el año 1982, siendo cedido en uso a la Asociación de Amigos de San Antón, la cual lo cuida y utiliza sus estancias para actos culturales de divulgación histórica.
Calle Vicente Montuno
Justo a los pies de la Iglesia de San Ildefonso, se inicia esta calle siempre llamada Empedrada de San Ildefonso, descendiendo en pronunciada pendiente hasta el Recinto, hoy Adarves Bajos, en el punto conocido como El Caño Valondo, abierto a lo que fue la famosa Huerta Baja.
Apenas iniciaa la calle y a su izquierda, se abre una corta entrada o callejón sin salida, que fue nombrado de muy antiguo como Calle Cruz de la Piedra.
En la actualidad, casi todas son nuevas edificaciones, en general de aceptable gusto, siguiendo cierto carácter tradicional, muy común en las casas de este barrio de San Ilderfonso. Aquellas casas labradoras de puerta y aldabón, balcones risueños de macetas, cmplios portales, donde a un lao y en el suelo, se abría un portón, la suave escalinata de acceso a la cuadra y aquellas anillas en las fachadas para amarrar a las caballerías.
Existió en esta calle una hornacina dedicaa al Cristo de la Salud que mantenía una lucecita permanentemente.
En la sesión plenario que celebró el Ayuntamiento de Jaén el 8 de mayo de 1973 ya propuesta del Teniente de Alcalde don Francisco González Quero, se acordó dar el nombre de Vicente Montuno Morente, a la calle Empedrada de San Ildefonso, como asimismo, solicitar la concesión del título de Hijo Predilecto de la ciudad para el mismo.
Fue don Vicente Montono Morente (Jaén 1898 - Madrid 1975), Funcionario de la Administración Civil del Estado, con destino al Ministerio de Agricultura. Dirigió durante muchos años el famoso y desaparecido periódico local El Pueblo Católico. Devoto fidelísimo de la Virgen de la Capilla y propagador incansable a su devoción, escribiendo centenares de artículos sobre tan mariano tema. Por su constante perseverancia, se le considera como uno de los principales promotores de la Coronación de la Virgen de la Capilla en 1930, como de la coronación en 1953. Es autor del trabajo exhaustivo sobre el historial de esta venerada imagen y cofradía, reflejado en el libro "Nuestra Señora de la Capilla, Madre, Reina y Patrona de Jaén".
(Textos Pedro Casañas Llagostera).
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